... los nervios me hacen perder.
Intensa semanita esta...
En primer lugar he tenido que hacer dos prácticas que han sido poco menos que caóticas. La primera de ellas ha sido bastante fácil porque consistía en operaciones básicas de C++, lenguaje de programación que desconozco (desconocía) totalmente cuando llegué aquí. La segunda ha sido en Java (acceso a ficheros externos, nada del otro mundo). Todo ello con la gracia añadida de hacerlo contrarreloj, si bien es cierto que no me llevó mucho tiempo hacerlas porque eran cosas bastante básicas.
PERO...
Además tenía que hacer una tochopráctica. Consistía en un programa (en C++, cómo no) para construir un mapita, editando el terreno y dando valores a las diferentes posiciones en él, además de otro para encontrar la ruta de menor coste entre dos puntos cualquiera. La gracia estaba en que además he tenido que aprender C++ a nivel avanzado en menos de una semana. Al final la terminé (un poco tarde, pero la terminé), echando el bofe y trasnochando durante tres días en los que mi pobre ordenador no ha tenido un minuto de descanso. Hoy por fin lo apagué por la noche y os juro que lo oí suspirar.
Total, que con todo esto, ayer cuando terminé fue la primera vez que vi la calle desde hacía 5 días. Aunque tuve un momento de descanso el domingo, cuando jugó España la final de baloncesto de los Juegos Olímpicos. Final que, por cierto, tuve que seguir por internet. Los australianos estaban retransmitiendo el partido por el canal 7 (porque se ve que no había nada mejor), aunque lo estaban haciendo a ratitos, procurando cortar la transmisión cada vez que pasaba algo interesante. Los comentaristas eran un horror, equivocándose cada vez que nombraban a un jugador español (se confundieron varias veces entre Mumbrú, Jimenez y Reyes), pero los estadounidenses se los sabían todos. Sólo conseguí ver completo el tercer cuarto (aunque interrumpido hábilmente por anuncios), dejaron la transmisión funcionando en el descanso y justo cuando iba a empezar el último cuarto... ZAS, comienza el telediario. Por supuesto, duró exactamente lo justo para perdérmelo...
Creo que lo peor fue que en el telediario no dijeron nada importante. Sólo que un australiano había conseguido una zambullida perfecta en trampolín, ganando el oro. Lo demás eran noticias tipo "Los Beckham están en Beijing" (Ya sé que están en Beijing... ¡¡¡VIENDO EL P*** PARTIDO DE ESPAÑA!!!) o las borracheras de los equipos australianos en la fiesta del día anterior.
Bueno, otra cosa de la que me he dado cuenta últimamente: A los australianos les importa un culo tu vida. Cuando hablas con ellos durante más de 2 minutos ponen una cara como si les estuvieras retorciendo las gónadas con un alicate. Creo que la descripción que más se ajusta, para que os hagáis una idea, es "igual de repelentes que los americanos e igual de aburridos que los británicos" (aunque bien es verdad que por mi experiencia los británicos son bastante más divertidos).
Eso es todo por el momento, fin del informe y perdón por el abandono de estos días.
Saluditos desde Australia :)
Intensa semanita esta...
En primer lugar he tenido que hacer dos prácticas que han sido poco menos que caóticas. La primera de ellas ha sido bastante fácil porque consistía en operaciones básicas de C++, lenguaje de programación que desconozco (desconocía) totalmente cuando llegué aquí. La segunda ha sido en Java (acceso a ficheros externos, nada del otro mundo). Todo ello con la gracia añadida de hacerlo contrarreloj, si bien es cierto que no me llevó mucho tiempo hacerlas porque eran cosas bastante básicas.
PERO...
Además tenía que hacer una tochopráctica. Consistía en un programa (en C++, cómo no) para construir un mapita, editando el terreno y dando valores a las diferentes posiciones en él, además de otro para encontrar la ruta de menor coste entre dos puntos cualquiera. La gracia estaba en que además he tenido que aprender C++ a nivel avanzado en menos de una semana. Al final la terminé (un poco tarde, pero la terminé), echando el bofe y trasnochando durante tres días en los que mi pobre ordenador no ha tenido un minuto de descanso. Hoy por fin lo apagué por la noche y os juro que lo oí suspirar.
Total, que con todo esto, ayer cuando terminé fue la primera vez que vi la calle desde hacía 5 días. Aunque tuve un momento de descanso el domingo, cuando jugó España la final de baloncesto de los Juegos Olímpicos. Final que, por cierto, tuve que seguir por internet. Los australianos estaban retransmitiendo el partido por el canal 7 (porque se ve que no había nada mejor), aunque lo estaban haciendo a ratitos, procurando cortar la transmisión cada vez que pasaba algo interesante. Los comentaristas eran un horror, equivocándose cada vez que nombraban a un jugador español (se confundieron varias veces entre Mumbrú, Jimenez y Reyes), pero los estadounidenses se los sabían todos. Sólo conseguí ver completo el tercer cuarto (aunque interrumpido hábilmente por anuncios), dejaron la transmisión funcionando en el descanso y justo cuando iba a empezar el último cuarto... ZAS, comienza el telediario. Por supuesto, duró exactamente lo justo para perdérmelo...
Creo que lo peor fue que en el telediario no dijeron nada importante. Sólo que un australiano había conseguido una zambullida perfecta en trampolín, ganando el oro. Lo demás eran noticias tipo "Los Beckham están en Beijing" (Ya sé que están en Beijing... ¡¡¡VIENDO EL P*** PARTIDO DE ESPAÑA!!!) o las borracheras de los equipos australianos en la fiesta del día anterior.
Bueno, otra cosa de la que me he dado cuenta últimamente: A los australianos les importa un culo tu vida. Cuando hablas con ellos durante más de 2 minutos ponen una cara como si les estuvieras retorciendo las gónadas con un alicate. Creo que la descripción que más se ajusta, para que os hagáis una idea, es "igual de repelentes que los americanos e igual de aburridos que los británicos" (aunque bien es verdad que por mi experiencia los británicos son bastante más divertidos).
Eso es todo por el momento, fin del informe y perdón por el abandono de estos días.
Saluditos desde Australia :)