lunes, 25 de agosto de 2008

Día 56: 26 de Agosto de 2008, Mucho trabajo y poco internet...

... los nervios me hacen perder.

Intensa semanita esta...

En primer lugar he tenido que hacer dos prácticas que han sido poco menos que caóticas. La primera de ellas ha sido bastante fácil porque consistía en operaciones básicas de C++, lenguaje de programación que desconozco (desconocía) totalmente cuando llegué aquí. La segunda ha sido en Java (acceso a ficheros externos, nada del otro mundo). Todo ello con la gracia añadida de hacerlo contrarreloj, si bien es cierto que no me llevó mucho tiempo hacerlas porque eran cosas bastante básicas.

PERO...

Además tenía que hacer una tochopráctica. Consistía en un programa (en C++, cómo no) para construir un mapita, editando el terreno y dando valores a las diferentes posiciones en él, además de otro para encontrar la ruta de menor coste entre dos puntos cualquiera. La gracia estaba en que además he tenido que aprender C++ a nivel avanzado en menos de una semana. Al final la terminé (un poco tarde, pero la terminé), echando el bofe y trasnochando durante tres días en los que mi pobre ordenador no ha tenido un minuto de descanso. Hoy por fin lo apagué por la noche y os juro que lo oí suspirar.

Total, que con todo esto, ayer cuando terminé fue la primera vez que vi la calle desde hacía 5 días. Aunque tuve un momento de descanso el domingo, cuando jugó España la final de baloncesto de los Juegos Olímpicos. Final que, por cierto, tuve que seguir por internet. Los australianos estaban retransmitiendo el partido por el canal 7 (porque se ve que no había nada mejor), aunque lo estaban haciendo a ratitos, procurando cortar la transmisión cada vez que pasaba algo interesante. Los comentaristas eran un horror, equivocándose cada vez que nombraban a un jugador español (se confundieron varias veces entre Mumbrú, Jimenez y Reyes), pero los estadounidenses se los sabían todos. Sólo conseguí ver completo el tercer cuarto (aunque interrumpido hábilmente por anuncios), dejaron la transmisión funcionando en el descanso y justo cuando iba a empezar el último cuarto... ZAS, comienza el telediario. Por supuesto, duró exactamente lo justo para perdérmelo...

Creo que lo peor fue que en el telediario no dijeron nada importante. Sólo que un australiano había conseguido una zambullida perfecta en trampolín, ganando el oro. Lo demás eran noticias tipo "Los Beckham están en Beijing" (Ya sé que están en Beijing... ¡¡¡VIENDO EL P*** PARTIDO DE ESPAÑA!!!) o las borracheras de los equipos australianos en la fiesta del día anterior.

Bueno, otra cosa de la que me he dado cuenta últimamente: A los australianos les importa un culo tu vida. Cuando hablas con ellos durante más de 2 minutos ponen una cara como si les estuvieras retorciendo las gónadas con un alicate. Creo que la descripción que más se ajusta, para que os hagáis una idea, es "igual de repelentes que los americanos e igual de aburridos que los británicos" (aunque bien es verdad que por mi experiencia los británicos son bastante más divertidos).

Eso es todo por el momento, fin del informe y perdón por el abandono de estos días.

Saluditos desde Australia :)

lunes, 11 de agosto de 2008

Día 42: 12 de Agosto de 2008, sobreviviendo en la unidad

¡¡¡Día 42!!!

Para la mayoría de los que normalmente leéis esto, ya sabéis lo que el 42 significa. Para los que no lo sepan, sólo les diré que son unos herejes que deberían ver (o mejor leer, si lo encuentran) La Guía del Autoestopista Galáctico, donde se explica detalladamente que el 42 es la respuesta a la gran pregunta de la vida, el universo y todo.

Como es un día tan especial, y sé que a mi madre le preocupa el tema de la dieta que estoy haciendo, os voy a dejar aquí una receta, fruto de mis investigaciones culinarias. Como nivel de dificultad voy a ponerle... digamos -3. Es decir: Si tienes manos, puedes hacerlo.

Esta receta se basa en una de las cosas que solemos comer en casa: Repollo rehogado con patatas. Echaba de menos ese plato (y sobre todo a Pilar, ya que lo suele preparar ella y me da nostalgia) y tenía ganas de comer verdura, así que me compré un repollo. Bueno, medio. No sabéis la talla de repollo que gasta esta gente... pero bueno, como es receta mía, he decidido llamarla:

COMUNIÓN DE FRUTOS DE LA HUERTA Y DEL BOSQUE (hala)

Estos son los ingredientes (más o menos) para 4 personas:
- 1 hermoso repollo
- 2 cebollas
- Champiñones en rodajas (al gusto).
- 4 dientes de ajo
- Aceite (oliva virgen extra, los que tengan esa suerte)
- sal y pimienta

Y las instrucciones no pueden ser más sencillas:
1.- Se cortan los dientes de ajos en rodajas. Cuando terminéis, contáos los dedos. Si os falta alguno, buscadlo, recogedlo, metedlo en hielo y acudid a urgencias. Si no, id al siguiente paso.
2.- Se cortan también las cebollas. Lo mejor es cortarlas por la mitad y luego hacer rodajas, pero cualquier "rodajamiento" es válido. Contad dedos.
3.- Cortad el repollo en tiras. No tienen que ser muy pequeñas porque cuando lo cocinemos se reducirá el tamaño considerablemente.
4.- Recoged todo lo que hayáis tirado hasta el momento. Si lo habéis recogido del suelo, tiradlo a la basura.
5.- Poned aceite a calentar en una sartén amplia (o bien en un wok, si os gusta más). Cuando esté caliente, echad las cebollas y los ajos y dejad que se doren un rato con el fuego al máximo.
6.- Cuando estén doraditos (DO-RA-DOS, no quemados), añadid los champiñones y pegadles un buen sartenazo hasta que se pongan marroncitos y blanditos. Si algo de lo que tenéis en la sartén está negro y duro, volved al paso 1.
7.- Bajad el fuego (con fuego medio es suficiente). Añadid ahora el repollo, ya cortado (no me seáis animales y me tiréis el repollo entero al wok). No os asustéis si os da la impresión de que no cabe.
8.- Removed el repollo para que se rehogue bien en el aceite y los juguillos que han soltado los champiñones, el ajo y la cebolla. Dejadlo que poche unos minutos, hasta que todo el repollo esté bien dorado. El punto de pochez depende del gusto de cada uno, pero lo normal es que el repollo cruja un poco al morderlo.
9.- Salpimentar al gusto, remover y servir.

Como veis, la cosa no tiene ninguna ciencia, y os aseguro que está muy bueno. Si queréis, podéis hacer un puré de patata para acompañar o bien agregarle unas patatas cocidas cuando lo estéis rehogando. Y si queréis, podéis añadirle unos taquitos de jamón para que el plato tenga más variedad de sabores (si lo hacéis, ojo con la sal, que el jamón ya le da un punto salado). O podéis hacer todo eso y además añadirle lo que os dé la gana... total, os lo vais a comer vosotros...

Bueno, pues nada más. Bon apetit y, como siempre...

Saluditos desde Australia :)

sábado, 9 de agosto de 2008

Día 40: 10 de Agosto de 2008, otro catarro

¡Hola, holita!

Pues sí, otro catarro.

Normal, sólo había cogido uno mientras estaba en Canberra. Tocaba tener otro en Wollongong. El tiempo aquí es muy cambiante, tan pronto hace veinte grados y un sol espléndido como se pone a diluviar como si no existiera el mañana. Esta senama, sin ir más lejos, hubo un auténtico tifón que azotó totda la costa y llegó hasta la universidad. No sé cuánta agua cayó, pero entre eso, la nieve, los rayos y los truenos, parecía que se iba a hundir Australia como si fuera una segunda Atlántida.

Hasta tuvimos nieve.

Sí.

Y australianos haciendo muñecos y tirándose pelotazos de nieve unos a otros (en bermudas y camiseta, eso sí, para eso son inasequibles al desaliento). Yo cometí el error de ir hasta la universidad uno de esos magníficos días de 20 grados por la mañana y nieve por la tarde sin sudadera. Jamás me volveré a fiar del clima australiano. Llevo todo el fin de semana encamado (menos mal que me traje mi disco duro con películas, creo que me he visto todo lo que me había traído de Disney más la trilogía del Padrino).

Ah, otra cosa importante. Ya tengo móvil. No sé exactamente cuándo me llegó porque parece ser que hubo algún tipo de confusión entre el señor del reparto y la señorita de la oficina postal de la universidad. Y es que en lugar de mandarme el paquete a mi habitación de la residencia, lo dejaron en la oficina postal de la Student Central. Yo había supuesto que en caso de ocurrir eso me mandarían un e-mail o algo así (como ya hicieron una vez para mandarme más papelitos: uno sobre la vida en la universidad, otro sobre la biblioteca y otro sobre (sí, una vez más) condones y SIDA. En fin, otro error que no volveré a cometer.

Pero bueno, tengo mi móvil. Para los que me queráis llamar (aunque no será barato, pero bueno, sólo en caso de que haya una emergencia) decídmelo y os mandaré el número al correo.

Aparte de coger catarros, he estado haciendo los asignments (el equivalente a las prácticas de la universidad) de las diferentes asignaturas que tengo. Es bastante agradable porque aquí las prácticas (que te dan casi tres semanas para hacerlas) son como los trabajos de laboratorio que tengo en España para hacer en dos o cuatro horas de clase. Con lo cual soy el programador más rápido a este lado de New South Wales.

Y el viernes quedamos todo el grupito (Miryana, Hamed, Juan, Eli, Dan Qing, Jing y yo) para ver la inauguración de los juegos olímpicos de Beijing y cenar Pizza (por cierto, las pizzas aquí cuestan 5 euros. Ví un listado de precios y creí que eran vales descuento). Aparte de que la ceremonia fue una pasada, lo pasamos genial en la velada. Me decía Dan Qing que sólo en China se podían preparar esos números por tener tantos habitantes. Yo le dije que si se intentara en España, en el número de los trajes con lucecitas que formaban figuras en el suelo habría habido 300 muertos.

En fin, pues de momento nada más reseñable. Aún estoy pendiente de que Hamed me pase las fotos del monte Keira, así que sólo puedo deciros...

Saluditos desde Australia :)

lunes, 4 de agosto de 2008

Día 34: 4 de Agosto de 2008, perdón, perdón, perdón

Hola de nuevo, gente.

Antes de nada, siento mucho haber dejado esto tan descuidado, pero es que ha sido una semana bastante caótica y entre unas cosas y otras, al final lo he ido dejando. De momento sigo siendo el rigor de las desdichas en materia de telecomunicación, me explico:

a) No hay novedades con respecto a mi teléfono. Parece ser que me lo iban a mandar la semana pasada (me dijeron los de la compañía que "el lunes a primera hora, sin falta"). Según la señorita de la oficina pertinente, me lo mandaron el día 21 por servicio expres, lo cual quiere decir que debería haberlo recibido a los dos días, o sea, el 23, miércoles. A día de hoy sigo sin saber nada de mi móvil. Les he mandado un mail para decirles que o lo recibo antes de mañana o que me devuelvan el dinero y me compro otro en cualquier otro sitio.

b) Esta semana fue la de los apagones. Tuvimos un temporal de viento que no se podía salir a la calle. Las ramas de los árboles eran arrancadas de cuajo y la gente tenía que salir a la calle con tanques para que no los empalara una ramita extraviada. Por supuesto, en un lugar tan bien comunicado como éste, eso no supuso el mayor problema. Sólo tuvimos DOS apagones que duraron apenas tres horitas cada uno. Mención aparte merece el hecho de que el servidor de la universidad casi revienta y tuvieron que arreglarlo (o algo de eso me imagino) porque estuvimos dos días sin internet.

c) Y encima he perdido mi adorado USB Kingmax de 4 gigas, con lo chiquitito y lo mono que era. Se me cayó del bolsillo durante el temporal de viento (creo) así que a estas horas debe estar casi llegando a España. Si lo veis, guardadlo, que me gustaría recuperarlo. Afortunadamente, no tenía datos importantes dentro (nada que no pudiera recuperar o de lo que no tuviera una copia de seguridad en mi disco duro externo) por lo que el daño sólo ha sido material. Me he tenido que comprar otra memoria usb pero no hay que lamentar víctimas.

El fin de semana pasado, aprovechando que yo ya había entregado todos mis assignments (trabajos que cuentan para la nota) nos subimos al Monte Keira, que es algo así como el estandarte de la ciudad. Un estandarte con forma de montaña.

La mayoría ya sabéis que yo por el monte me desato, así que gocé como un gorrino en un charco. El lugar era precioso, daba la sensación de estar caminando por en medio de una jungla, pero con un caminito perfectamente delimitado por las pisadas de los senderistas, unas piedras que señalaban los límites, unos tablones colocados casi aleatoriamente a modo de escalones (aunque la mayoría parecían más trampas de cazador furtivo) y los bofes de todos los que habían pasado por allí antes que nosotros. He de admitir que acabé cansado, y eso que cuando vamos de vacaciones al pueblo me hago mis buenas caminatas/escaladas (claro que en esos casos me llevo a mi perra Gilda, con lo que se me hace bastante ameno). En esta ocasión venían conmigo:

- Juan, el chico colombiano, ya os lo presenté en mi entrada anterior.

- Eli, la chica colombiana, también os la presenté.

- Hamed, un iraní que comparte unidad con Juan. Es muy simpático, aunque Eli le tiene cierta manía porque dice que pasa más tiempo arreglándose que ella (aunque luego admite que se pone cachondísima con sólo verlo).

- Kelly, una chica China que comparte unidad con Hamed y con Juan. En realidad, Kelly no es su auténtico nombre. Parece ser que es costumbre entre los asiáticos en general adoptar nombres que los anglosajones puedan pronunciar más fácilmente. Por mi parte, renuncio a intentar transcribir su auténtico nombre.

Y, ¡SÍ! Tengo fotos del evento. Pero una vez más, las tendré que subir en otro post, cuando me las pase Hamed (soy un desastre, no se las he pedido aún).

Por otro lado, parece ser que en lo que es el ámbito culinario de la residencia me estoy haciendo un nombre. Después del éxito de mi tortilla de patata (catada, ingerida y digerida satisfactoriamente por varias personas) lo normal es que siempre tenga alguien comiendo en casa. Lo cual está muy bien porque suelen traerse sus propios ingredientes para que yo se los cocine, con lo que termino siendo invitado a comer (además, doble premio porque luego no me dejan fregar los platos ("No, no, que bastante haces que cocinas", me dicen). Entre eso y el éxito obtenido tras mis dos enfrentamientos con la lavadora y la secadora (2-0, voy ganando) estoy bastante orgulloso de mí mismo.

Lo único que me molesta un poco es que mis compañeras de unidad no parecen muy predispuestas a mantener la casa en un estado habitable.

Corrijo: No parecían.

Parece ser que la costumbre Australiana es acumular mierda hasta que no pueden caminar sin tropezar con una lata o pisar un trozo de pizza rancia, y entonces es cuando limpian un poco (lo justo para dejar un senderito para poder caminar sin mancharse nada).

Bien, la cosa es que hoy he tenido una "conversación" con ellas. Básicamente les he dicho que, personalmente, me da igual cómo tengan las habitaciones (que ésa es otra) pero que las zonas comunes tienen que estar presentables y utilizables. Y casi no he gritado.

Total, que la casa ha quedado bastante bien.

Si estuviera aquí mi madre, yo creo que daría un notable alto.

Bien, de momento eso es todo. Seguiré informando en cuanto tenga las fotos de la visita al monte Keira.

Saluditos desde Australia :)

domingo, 27 de julio de 2008

Día 25: 28 de Julio, algunas fotos

¡Hola a todos!

Ayer al final no pude conectarme porque el ciber café estaba cerrado, y para esto necesito una conexión más o menos decente (aunque esto dista mucho de ser una conexión decente). Bueno, la cosa es que aquí os traigo algunas fotos de mi visita a NewCastle (léase "El Viaje de las Ballenas").
Aquí estoy en el puerto deportivo de Nexcastle. Todo eso de ahí atrás son barcos privados.
Nuestros compañeros de viaje durante la travesía. No os dejéis engañar. Parece que están a un par de metros pero en realidad estaban a unos pocos centímetros :P
Más compis. Debía haber sido época de cría hacía poco porque estaba lleno de bebés delfín.
Y ahí están las ballenas en cuestión. Tampoco estaban haciendo nada espectacular, así que esta es la mejor foto que obtuvimos.
De vuelta al puerto. No se ve, pero eso fue un momento antes de que una ola me mojara hasta los órganos internos.
Ésta fue tomada en el puerto, mientras comíamos en el Fish&Chips. Creemos que es una sociedad secreta que pretende oscuros porpósitos. De momento sabemos que viven bajo el muelle 4.
Éste es Mario. Un coleguilla que hice en el Zoo de Hunter Valley.
Más majo, él...
Aquí podéis ver a Mario, desengañado al darse cuenta de que no llevaba comida para darle.
El barrio chungo del zoo. El de la izquierda es un canguro rojo. Tienen muy mala baba, esos bichos.
Mi amigo Cristian (El italiano), envidiando el estilo de vida de los koalas.
Os acordáis de lo que os conté del Dragon's Breath? Era eso.
20 A$ la botella.

Y ahora, os voy a presentar a mis amigos, los colombianos. Es con ellos con quien mejor me lo paso. Estas fotos fue del último día que fuimos a hacer la compra, que aprovechamos el paseo para llevar a Eli (ahora la veréis) a la playa y a ver los faros, que no los había visto:

Ahí están. Esos son Juan y Eli, haciendo lo que hacen todos los turistas que vienen a Wollongong cuando ven los cañones del Endeavour (el barco del "Teniente" Cook).
Les enseñé qué era lo que tenían que hacer la próxima vez para no parecer turistas.

Bueno, eso es todo por ahora. Pronto volveré para contaros más aventuras.

Saluditos desde Australia :)

sábado, 26 de julio de 2008

Día 23: 26 de Julio, primera semana de clases

Realmente tengo que hacer algo con lo de Internet, porque esto es una auténtica chufa. He contratado un servicio para poder tener 500 megas más para mi límite de descarga, con lo que ahora estoy algo menos agobiado por el tema, pero sigue siendo una peste. Yo creo que tener Internet es como tener papel higiénico: No lo necesitas las 24 horas del día, pero da cierta tranquilidad que esté disponible.

Bueno, a lo que iba: Primera semana de clases en la universidad de Wollongong.

Tengo 3 asignaturas: Procedural Programming, Object Programming and Frameworks y Java Programming and Object Oriented Programming Design. Todo de programación, como podéis ver, ya que prefiero volver a León con una buena base. Allí nunca nos han enseñado REALMENTE a programar en Java, al menos en mi caso, que tuve que aprender por mi cuenta, aunque sí en PASCAL (tengo una base en Pascal que ya quisieran muchos...). Aquí, en cambio, lo primero que te enseñan es C++, que ya es algo más serio (Uno de mis profesores australianos dijo abiertamente en clase que hoy en día ya nadie enseña a programar en Pascal... tuve que aguantarme la risa). Pero bueno, como a la mayoría todo lo que acabo de decir os suena a chino voy a dar una explicación más detallada y menos técnica de qué es lo que estamos haciendo aquí.

PROCEDURAL PROGRAMMING

Es una asignatura que enseña no sólo a programar sino a pensar como un programador. Las prácticas consisten en diseñar y transcribir algoritmos para resolver problemas concretos. El lenguaje que se enseña es C++ y se asume que la gente que coge esta asignatura no ha programado nunca. La he cogido porque, aunque sé programar, desconozco el lenguaje C++ (en la carrera sólo hemos visto C, aparte de Pascal y Java) y me pareció un buen cursillo de aproximación y una buena forma de tener una base consistente de conocimientos, así como la oportunidad de repasar temas que se me hayan podido olvidar. El coordinador y responsable de la asignatura es el Doctor Peter Castle, que se mostró bastante amable conmigo cuando le fui a preguntar ciertas dudas sobre la asignatura.

OBJECT PROGRAMMING AND FRAMEWORKS

Esto ya es algo más serio. Consiste en programación de Objetos en el lenguaje C++ y aquí se asume que ya sabes programar en C++ (curioso, eh?). Afortunadamente, el nivel de las prácticas no es excesivamente alto y se hacen todas en el laboratorio (asistencia obligatoria) donde SIEMPRE hay tutores disponibles para los alumnos que tengan dudas (o que sólo quieran exhibirse). Como ya he programado en Java, estoy familiarizado con el tema de los Objetos, y como ya he programado en C... bueno, tampoco he programado tanto en C. Espero que el salto no sea demasiado grande y que la asignatura de Procedural Programming me eche una mano con esto. El docente es el doctor Wanqing Li.

JAVA PROGRAMMING AND OBJECT ORIENTED DESIGN

Ésta es una mezcla de las dos anteriores, con la salvedad de que el lenguaje de programación que usamos es Java en lugar de C++. Se supone que aquí nos van a enseñar a hacer diseño orientado a objetos, algo que ya he tenido que practicar en la universidad pero que no me siento como si tuviera una base consistente sobre ello, con lo cual creo que me va a venir muy bien. Sobre todo porque Java es uno de los lenguajes más utilizados hoy día, con lo que nunca está de más dominar este lenguaje. El profesor Xiabing Tia es quien nos instruye sobre la materia (y sobre otras cosas, por ejemplo, qué hacer en caso de invasión extraterrestre (verídico)).

Total, que esta semana he estado bastante ocupado entre asistir a las clases y buscar las aulas donde las impartían. La semana que viene tendré las primeras prácticas (con lo que tendré que buscar los laboratorios), pero eso ya os lo contaré en otra entrada.

Ah, una cosa más para que vayáis abriendo boca. Mañana colocaré algunas fotos, tanto del viaje de las ballenas como mías, así que por fin podréis verme en imagen estática y ver algo más el sitio donde estoy viviendo.

Saluditos desde Australia :)

martes, 22 de julio de 2008

Día 19: 22 de Julio, Mi visita a las ballenas :)

¡Buenas, gente!

Perdón por no actualizar, pero ya sabéis cómo es lo de internet aquí...

Pues sí, volví del viajecito de las ballenas. La verdad es que fue aún más interesante de lo que me esperaba... He de decir que no tengo fotos de los eventos, AUNQUE mi amigo Cristian, un italiano estudiante de Dirección y Administración de Empresas que no tenía otra cosa que hacer más que venirse a Australia, me dejó su cámara en los momentos críticos. Aún no tengo las fotos, pero en cuanto las tenga las subiré.

De momento, voy a contaros un poco del viaje:

Partimos el día 18 (viernes) tras la última jornada de Orientación. Bueno, eso los que la tuvieron, porque a los que pertenecemos al programa Study Abroad nos chulearon vilmente con los horarios. Resulta que aquí es distinto ser Study Abroad, Exchange Student o International Student. Eso mola mucho cuando te lo explican, pero si no te pasará como a mí, que me acabé metiendo en una reunión de lo más formal y me tragué media hora de rollo macabeo para luego darme cuenta de que no tenía que estar allí (menos mal que se me ocurrió preguntar a uno de los organizadores).

Tras mi descubrimiento sobre mi situación personal en el orden jerárquico de la escuela y la subsiguiente presentación, me dirigí a preparar mi mochila (dos calzocillos, un par de calcetines y un pantalón resuelven cualquier situación) y luego a coger el autobús, que se suponía que nos recogía a las 2 de la tarde (se nos había advertido que fueramos puntuales, bajo pena de evisceramiento).

Llegó a las 2:34.

Por supuesto, todo el mundo estaba extrañadísimo, sobretodo los pertenecientes a la etnia local, que no se podían explicar un retraso semejante sin que hubiera habido al menos un cadáver que pudiera abrir una posible vía de investigación que eventualmente justificara el suceso. Yo, después de lo del aeropuerto de Barcelona, ya estaba curado de espanto. El conductor, Darrel, se disculpó brevemente con nosotros, echó una larga mirada al género femenino y nos abrió los compartimentos de las maletas para que fuéramos dejando los bultos mientras pasaba lista con los asistentes. Por cierto, parece ser que nos faltaba una tal Ashley la cual nunca llegamos a saber si estaba viva, muerta o agonizando en una cuneta.

Tras ponernos cómodos, Darrel nos avisó que tardaríamos aproximadamente tres horas en llegar a Newcastle, nuestro destino. Una hora para llegar a Sidney, una paradita para repostar y comulgar con la naturaleza y un viajecito nocturno la mar de agradable.

Por supuesto, en el tiempo estimado de llegada, no contaban los 20 minutos que estuvimos vagando por Newcastle buscando el albergue del YHA local, con cierto cachondeo en el bus a costa del conductor, que nos reía las gracias y que se hizo un hueco en el grupo rápidamente. Darrel nos advirtió que, como pudimos comprobar, la vida nocturna de Newcastle los viernes por la noche no era gran cosa a pesar de ser una ciudad universitaria. Además, al día siguiente teníamos que levantarnos a las 7 de la mañana para poder llegar a las 9 a coger el barco que nos llevaría a ver ballenas y el cual no salía hasta las 10 (supusimos que Darrel necesitaría al menos cuarenta minutos para orientarse, vista la maniobra para encontrar el albergue, y que estaba apostando sobre seguro).

En un periquete hicimos los grupos para compartir habitaciones de tal manera que 30 personas pudiéramos ocupar 40 camas.

Fue así.

Es inútil que le deis más vueltas.

Por supuesto, el mero hecho de tener que levantarnos a las 7 de la mañana no fue óbice que saliéramos un rato a ver eso de la vida nocturna de Newcastle. Cabe mencionar que todavía no he visto un pub en Australia que no tenga una sala de máquinas con al menos 10 máquinas tragaperras y dos mesas de VideoBingo. Y, tal y como Darrel había mencionado, el local estaba absolutamente vacío aparte de nosotros. Los que se quedaron hasta "tarde" volvieron a eso de las 10 de la noche, aburridos como una ostra.

Y a las 7 menos cuarto nos despertamos al día siguiente. El desayuno estaba dispuesto para nosotros y consistía básicamente en un montón de leche y cajas de cereales variados. Tuvimos que lavar nuestros platos, porque los albergues funcionan así. Y daban cuatro buenas razones para llavar tus platos, a saber:
- Tu los ensuciaste.
- Así nos ahorramos contratar personal, lo que mantiene nuestras tarifas lo más bajas posibles.
- Es una buena práctica para cuando salgas a cenar y te olvides la cartera.
- Lavar los platos hace que uno parezca más sofisticado, elegante, inteligente, guapo y atractivo para los miembros del sexo opuesto.

Eso estaba puesto en carteles en las cocinas del albergue. Sí, unos cachondos.

Después nos encaminamos hacia el puerto, llamado Nelson Bay (no se me ocurre ningún personaje histórico por el que le hayan podido dar ese nombre ahora mismo). Mientras Darrel daba aviso a la tripulación del Imagine Cruise, el barco que nos llevaría a ver ballenas (garantizado que verán ballenas o les devolvemos el dinero), de que habíamos llegado, tuvimos tiempo para pasear por el puerto. Me llamó mucho la atención ver un delfín (sí, sí, un delfín) que se había colado en las mismísmas aguas del puerto. Una amiga suiza, Nadine, se cachondeó de mí diciéndome que lo que había visto habría sido seguramente un arenque. Afortunadamente hubo más testigos que certificaron mi historia, así que... Nadine, no me gusta decir que te lo dije, pero...

¡SÍ! ¡EN TU P*** CARA! ¡CHÚPATE ÉSA!

En fin, ¿por dónde iba? Ah, el crucero.

Fueron cuatro horas de navegación de lo más agradables, sintiendo el (gélido) viento marino en la cara mientras me cortaba los labios como una navaja. Me lo pasé como un enano. Sobre todo porque venían con nosotros un par de vascos que dijeron que ellos había crecido en la costa y que no les importaba el meneo de las olas.

Tardaron 5 minutos en vomitar hasta el cerebro por la borda.

Los que ya me conocéis sabéis que todo lo que sea ver bichos me apasiona, básicamente por eso elegí este viaje. No soy capaz de describir la sensación que tuve cuando vi las ballenas... pero no fue ni la mitad de lo que sentí al ver los delfines acompañándonos durante la travesía, aprovechando la estela del barco para saltar y nadar más rápido. Para mi sorpresa, todo el mundo estaba más interesado en ver las ballenas, que emergían y se sumergían a intervalos regulares de 5 minutos, con lo que mientras estaban bajo el agua yo me dedicaba a mirar los delfines, a los que nadie hacía el menor caso. En cuanto tenga las fotos las cuelgo, porque merece mucho la pena verlas.

Después, volvimos al puerto para comer. Había bastante donde elegir, la mayoría restaurantes de comida rápida como Subway (algo así como un Pans & Company, pero con sabor) y McDonalds (dato curioso: Aquí Burger King se llama Hungry Jack's. Investigaré el hecho). Ya que estábamos en el puerto, decidimos ir a comer al restaurante local y pedir pescado, ¡más fresco, imposible!

Terminamos comiendo en el Fish&Chips que había justo debajo del restaurante (los peces debían salir del mismo sitio, al fin y al cabo). Los precios que habíamos visto conferían al término "Abuso" un significado casi místico. Estamos hablando de 18 dólares por persona (mínimo). Y eso si no pedíamos nada para beber y nos traíamos los cubiertos y la vajilla de casa. La idea del Fish&Chips (que por cierto fue un éxito) provino, por supuesto, de dos especímenes con los que compartía habitación en la YHA: Ross y Richard, ambos súbditos de la Reina Madre y orgullosos hijos de Inglaterra (y fervientes admiradores del genial Douglas Adams (gloria a su alma), escritor de The Hitchhiker's Guide To The Galaxy (La Guía Del Autoestopista Galáctico), por lo que les cogí un cariño especial).

Tras ello, nos fuimos a hacer SandBoarding, que consiste, básicamente en coger una tabla parecida a las de snowboard y tirarse pendiente abajo por las dunas de un desierto... Por supuesto, no hay telesilla. Lo bueno que tiene el sistema es que si no te abres la crisma al caerte de la tabla, siempre puedes descuajaringarte vivo subiendo la pendiente a puro huevo. Además, para que la cosa tenga un atractivo añadido, la arena es de la más fina que he visto en mi vida, con lo que no era raro hundirte hasta las rodillas en cada paso. Y por si os lo estáis preguntando: Es de las cosas más divertidas que he hecho en la vida. Las tablas están diseñadas para ir sentado sobre ellas, de manera que es algo así como un trineo de arena. Sólo hubo una persona que se atrevió a hacerlo de pie. El muy gilipollas terminó lleno de arena hasta las cejas, fue de lo más gracioso.

Después de la paradita en el desierto, fuimos hasta la playa, aunque antes devolvimos las tablas en una especie de club náutico que estaba por ahí cerca (donde, afortunadamente, había unas duchas donde me pude quitar la arena de las cejas). Una vez en la playa, no pude evitar remangarme los pantalones, quitarme los zapatos y pasear por la orilla de la playa (hacía unos 17 grados, así que frío ninguno). Por supuesto, eso significa que me acabé metiendo en el agua hasta las rodillas. No sé si era porque me había acostumbrado o por la hipotermia, pero os aseguro que el agua estaba más caliente de lo que parecía en un principio.

Reventados y llenos de arena, llegamos al hotel, donde nos dimos una ducha e hicimos un castillo de arena con lo que nos sacamos de los zapatos, pantalones, bolsillos, camisetas, pelo... Se suponía que era la noche de salir y había que prepararse. El ritual de preparación de los australianos no difiere en absoluto del español, sólo que en lugar del calimocho lo que pintan son las cervezas y en lugar de a las 10 de la noche se comienza a las 6 de la tarde. Fuimos hasta un local que se llamaba The Brewery... Buscadlo en el diccionario y me contáis. Lo único a destacar de la noche fue que se me ocurrió salir a tomar el aire y que no me dejaron volver a entrar porque decían que estaba demasiado borracho y que parecía que hablaba raro... Lo cual no era cierto (y puedo demostrarlo). Intenté explicarle al puerta que lo que me pasaba era que era español, de ahí el acento... pero nada, siguió en sus trece. Lo cual he de decir que me parece una tontería, porque dentro había gente que SÍ que estaba borracha y nadie se preocupaba de ellos... En fin, lo di por imposible...

Finalmente, llegamos al hotel y nos tiramos a dormirla. Al día siguiente nos levantaríamos a las 8 para ir a Hunter Valley, una de las zonas de viñedos más extensa del mundo, donde nos someterían a 3 catas de vino del país (algunos bastante buenos, otros sólo de uso externo). Lo más reseñable de estas visitas fue un brebaje que probamos en la última cata llamado Dragon Breath (aliento de dragón). Se trataba de un vinito hecho con chile.

17 grados. Pica que jode.

Usar sólo en zonas al aire libre o ventiladas.

Mantener lejos del alcance de los seres humanos.

Y eso es todo, aparte de una visita al Zoo de Hunter Valley... aunque eso prefiero comentarlo cuando tenga las fotos, porque... la verdad es que fue una de las experiencias más agradables de mi vida.

Saluditos desde Australia :)

jueves, 17 de julio de 2008

Día 15: 18 de Julio, ¡Me voy a ver Ballenas!

¡Hola holita, lectorcitos!

Vuelvo a escribir desde el ciber de la universidad, pero esta vez me las he arreglado para configurar el taclado de manera que pueda escribir en cristiano. Mirad:
ñññññññ

Para los que no cojan el chiste, lo único que he hecho ha sido configurar el teclado de manera que las teclas se correspondan con las de un teclado español.

Bueno, estos días han sido interesantes... La verdad es que todavía me estoy adaptando al ritmo de vida que llevan aquí, que es bastante tranquilo, pero me sigue fastidiando el hecho de no disponer de internet cuando me dé la gana. Hemos estado estudiando la posibilidad de adquirir un proveedor ISP entre unos cuantos de la residencia, pero la verdad es que terminaría saliendo bastante más caro que en españa y aún así seguiría siendo una patata. No merece la pena. Lo que sí que voy a hacer es una cuenta permanente en el ciber con 2 amigos colombianos, con lo que terminaré pagando 4 perras y podré conectarme cuando me dé la gana (aunque me tocará venirme hasta aquí con el portatil).

Por cierto, cosa curiosa: Los enchufes están FUERA del ciber, con lo que nos toca venirnos con un alargador para no tener que tirar de batería.

Bueno, y ahora vamos a resumir un poco mi vida de estos días: Fiestas.

Sí, la verdad es que eso ha sido todo. Por lo que me contaron los australianos de mi residencia, la semana de orientación consiste en matricularse y en hacer fiestas. El martes tocó "Pub Crawl", literalmente, "Arrastrarse por los pubs". Es algo así como lo que se hace en León con el húmedo, pero tocando a razón de 25 litros de alcohol por persona. Las copas no son tan caras (una vez que haces el cambio en euros) y más o menos tienen la misma cantidad que en España. Y no es que beban mucho, es que no aguantan nada. Si mi hermana Marta estuviera aquí, se iban a enterar estos de lo que es beber...

También fuimos a la playa. Aquí las playas suelen estar bastante limpias y bastante vacías. Es por el cáncer de piel y tal (y porque es invierno, también). Aún así, el agua estaba a una temperatura soportable. Había unos chicos haciendo surf y pegándose costaladas constantemente. Creo que hasta uno se comió una gaviota...

El resto de la semana ha sido bastante tranquilo. Salvo una visita a la bolera, no hemos hecho mucho más aparte de matricularnos en las asignaturas. En cuanto pueda (Es decir, en cuanto lo tenga claro, porque lo de matricularse, de verdad que es horrible) subiré un horario con mis clases, para que los veais.

Saluditos desde Australia :)

lunes, 14 de julio de 2008

Día 12: 15 de Julio de 2008, Ya vivo en Kooloobong...

Llegué y me instalé el día 12...

Y no sé ni por dónde empezar...

A ver, la habitación está muy bien, eso lo primero. Es calentita (dentro de un orden), los armarios y el mobiliario están en un estado aceptable de conservación, y la moqueta está limpia. Pero de puerta para afuera, es decir, la sala común, pasillos, cocina y baño... ya es otro cantar.

La cocina puede adivinarse debajo de una pila de platos sucios de la que se debe esperar algún tipo de comportamiento distinto al de acumular mugre, pero que no llega a producirse nunca. El inodoro casi me devora, la ducha está más mojada por fuera que por dentro y los muebles del salón llevan a cabo algún tipo de manifestación de protesta, no sé muy bien contra qué... pero supongo que será contra el maltrato de cojines y la violencia de tresillo. El otro día (primer día de fiesta "oficial", bienvenida a los estudiantes de intercambio y demás) había unas 20 personas en el salón de mi unidad. Todos bebiendo. Yo preferí quedarme inconsciente en mi habitación, esperando que me avisaran a la hora de salir, pero el aviso no llegó a producirse. Me dijeron que es que durmiendo estaba muy mono...

Además, ha empezado la semana de orientación... Caos es el término que mejor se ajusta a la esa descripción. Las matrículas se hacen online, en un laboratorio con acceso a internet (ya os contaré la broma de internet) y es la cosa más compleja que he visto en mi vida.
  • Primero tienes que matricularte de las HORAS DE CLASE de las asignaturas.
  • Luego de las PRÁCTICAS (normalmente, en días distintos, para que todo sea más complejo).
  • Luego de las TUTORÍAS.
  • Si tienes seminarios, tienes que especificar con qué grupo piensas asistir.
  • Ni que decir tiene que un sólo error te obliga a rehacer la matrícula de nuevo.
  • Eso sí, el carnet de estudiante tardan 20 minutos en hacértelo.
Afortunadamente, para desestresarnos, en la residencia organizamos actividades. Ayer tuvimos pizza y películas a la luz de la luna. Llenamos la explanada que hay delante de mi habitación con sofás, sillones y camas procedentes de las distintas unidades y al final estuvimos bastante cómodos. Un valiente possum se acercó hasta lo que quedaba de pizza para rapiñar algo y fue espantado sistemáticamente y frustrados todos sus intentos... he de confesar que yo estuve a punto de adoptarlo...

Y de momento no puedo escribir más. Me están esperando en otra reunión en la que me van a explicar más cosas sobre la matrícula. Supongo que más instrucciones sobre rellenar papeleo... Los australianos son como Vogones (Ver la Guía del Autoestopista Galáctico para referencias)...

Saluditos desde Australia :)

jueves, 10 de julio de 2008

Día 7: 10 de Julio, Vamos a ver Canguros

Lo primero es lo primero:
¡¡LO CONSEGUÍ!!
A por esto vine yo a Australia. Lo de la universidad era una hábil estratagema para hacerme con una señal de éstas. Las vendían en el parque natural de Tidbinbilla, donde pasamos el día de hoy, viendo canguros.

Tidbinbilla es una reserva natural que está a pocos kilómetros de Canberra (aunque las distancias en este país se aproximan a niveles astronómicos, con lo que no sé exactamente cuánto es "pocos kilómetros"). Sé que hoy nos levantamos al alba y a carreras, porque además hoy venía la casera a hacer inspección, que parece ser que en este país es obligatorio, y no podía haber 400 personas rondando. A efectos burocráticos, queda feo. Como tuvimos que despejar la casa y no íbamos a pasarnos el día viendo cómo comen las vacas, nos fuimos a la susodicha reserva, aunque alguno no estaba muy de acuerdo con el plan, por ejemplo:
Mi primo Pablo, que cayó inconsciente en cuanto apoyó la cabeza en el asiento.

En cambio a mi primo David, tanto le daba que le daba lo mismo.

Bueno, pues íbamos los de siempre, en nuestras dos furgonetas, como una caravana del oeste. Antes de llegar al parque, hicimos una paradita técnica aquí:
Es una estación de telecomunicaciones que emite para toda Australia. No me he enterado de cuál es el satélite que usa esta gente, pero lo haré. Me parecía curioso.

Unos kilómetros más adelante, llegamos al parque: Tidbinbilla
Éste era el edificio central, que hacía las veces de museo, tienda de souvenirs, recepción, laboratorio, almacén y cafetería. No os dejéis engañar, parece más grande por fuera que por dentro. No pude evitar hacerle una foto a los estantes de muñequitos y recuerdos que tenían:

Bumerangs. Pregunté y no, estos no vuelven, son sólo de adorno. Los de abajo, según me contaron, son especiales para cazar. Tienen esa forma para servir tanto de arma de mano como de arma arrojadiza.
Emús, equidnas y wombats de peluche. También había una estantería con muñecos de plástico de Canguros, ornitorrincos, urracas australianas...
Éste era majísimo. Si no costase 45 A$ me lo habría comprado. Traía en el precio unos papeles en los que te decía que era Pete el Possum, y unos formularios de adopción.
Aquí había pájaros e insectos de peluche: cotorras, urracas, kookaburras, mariposas, libélulas, cacatúas...

Mi primo Pablo (ver foto), me dijo que dentro, tenían una exposición sobre fauna australiana, así como de fotografías que habían tomado de los animales de la reserva (en su mayoría pájaros). Hice un par de fotos de lo más interesante que había:
Esto es un zorro europeo que acaba de cazar a una cría de canguro gris. Es para mostrar un poco el impacto de las especies foráneas en el ecosistema local.
No sé cómo se llama este bicho en español, pero es un Feral Cat. Es uno de los cazadores más hábiles del reino animal (dicen).
Y por supuesto, el rey de la selva: El Ornitorrinco. Son bastante más pequeños de lo que me imaginaba.

Después de esto, empezó el cachondeo.

Cuando salí de la exposición, me extrañó el silencio.

A continuación, me extrañó la ligereza con la que me movía por la estancia. Cuando estábamos todos metidos en la tienda, el espacio entre una persona y otra persona normalmente estaba ocupado por una tercera persona.

Por último, me extrañó que las dos furgonetas se hubieran transformado, respectivamente, en un hueco libre de aparcamiento y en un mitsubishi colt.

Pregunté a las dependientas y me dijeron que mi grupo se había marchado hacía un rato... Claro, siendo 23 personas, y teniendo en cuenta que a partir de los 12 años ya no se le tiene a uno en cuenta para el recuento, es normal. Las dependientas consiguieron localizar a mis primos/tíos por el sistema de radio de los guardias, y ya estaban a punto de acercarme en coche hasta ellos, cuando las dos furgonetas aparecen por el camino de vuelta. No os podéis ni imaginar el ataque de risa que tuvimos en el coche, por lo ridículo de la situación.

Y lo peor es que yo soy el más histérico para el tema del recuento...

Pasado este incidente, nos fuimos a perseguir bichos.
Aquí podéis ver a mis primos espantando a una manada de Canguros grises que no habían hecho daño a nadie. Los canguros son esas motitas que se atisban en la lejanía saltando desesperadamente.
Conseguí hacerle este robado a uno antes de que lo cogieran mis primos y se hicieran un forro polar con él.
Mi primo Alfonso (Fuchi) y yo nos pegamos 15 minutos corriendo bosque a través detrás de estos tres cabrones...
Y esto, amigos míos, es auténtica y genuina MIERDA DE CANGURO.

Bueno, después de esto, y ya una vez que llegamos a Canberra, decidí que había llegado el momento de comprar algo de ropa para sustituir a la que me había dejado en España. Antes de ello, acompañé a mi primo José Manuel y a su hermana Laura a comprar una cama para la perra. En la tienda de animales me encontré con que una de las mascotas más vendidas aquí es ésta:
Por si no lo veis bien en la foto, son Cangrejos Ermitaños. Si os interesa, los precios son:
  • Pequeño: 6.99 A$
  • Medio: 7.99 A$
  • Grande: 9.99 A$
  • Extra Gandre: 19.99 A$
  • Gigante: 30 A$
  • Jumbo: 90 A$
No se me ocurrió preguntar cómo eran de grandes los de tamaño Jumbo ni qué tipo de silla de montar era la adecuada...

Después nos dirigimos a:
Es una especie de Carrefour. Todo lo que venden está a un precio asequible y tiene una calidad más que aceptable. Me gasté unos 60 euros en ropa y quedé bastante bien servido con un pantalón (¡¡que no es vaquero!!), un pantalón de chándal para tener algo con lo que arrastrarme por casa, un par de camisetas (muy chulas) y una sudadera. Total, unos 120 euros en casa sin mucha dificultad. Lo más caro fue el pantalón no vaquero que me costó 22 euros.
He aquí la caza.

Además, me sorprendió mucho el tallaje. En Australia hay un problema de obesidad bastante generalizado entre la población (cómo se nota que no tienen un Zapatero que vele por su salud), y el tallaje es algo impresionate. Hice una foto a uno de los expositores de pantalones:
Por si no lo veis bien, las tallas aquí oscilan entre la 4XL y la 6XL (es decir XXXXXXL o extraextraextraextraextraextralarge). Me probé un 6XL para ver la diferencia, pero salió mal... En fin, en otra ocasión será.

Saluditos desde Australia :)

miércoles, 9 de julio de 2008

Días 5 y 6: 8 y 9 de Julio, Convalecencia...

La verdad es que no sé muy bien dónde empieza un día y acaba otro, porque este país es de lo más raro. Entre que comemos a las 4 de la tarde y que a las 5 ya es de noche, uno comienza a tener los hábitos de vida de un hurón. He planteado la posibilidad de poner una bañera con comida en el salón y que cada uno fuera metiendo la cabeza según la necesidad, pero no ha tenido mucho éxito la idea.

En fin, como reza el título del presente reportaje, estos dos días he estado de convalecencia, recuperándome del resfriado que cogí viniendo de Wollongong. Afortunadamente, traía un cartón entero de Neobrufen, que me ha ido ayudando a mí a tenerme en pie y a mi tía Sisu a no tener que estar pasando la fregona por la casa cada cinco minutos. No obstante, ahora mismo estoy en ese punto del resfriado en que los mocos pasan de ser gelatinosos a tener la consistencia del hormigón, con lo que los pañuelos de papel comienzan a perder efectividad y a pasarle trabajo a las tijeras de podar.

Guarradas aparte, como tampoco tenía muchas cosas que hacer, me he estado mirando un poco la bolsa que me dieron en la Student Central de la universidad de Wollongong, cuyo contenido es más o menos el siguiente:
  1. Llave de mi unidad/habitación con colgante para llevarla al cuello y no perderla (salvo ocasionales decapitaciones, que no cubre el seguro)
  2. Panfleto llamado Road Safety for Overseas Visitors (Seguridad Vial para visitante de allende los mares). Una guía que te dice los 10 síes y los 499 noes del conductor en Australia.
  3. Panfleto llamado Anyone Can Get Infected Condoms (Cualquiera Puede Conseguir Condones). Una guía de mano sobre el uso de los condones para evitar el contagio de las ETS (incluye un apartado de Cómo Colocarse Un Preservativo En Cinco Sencillos Pasos).
  4. Panfleto llamado Drugs And Driving (Drogas y Conducción). Éste explica cosas como los riesgos de conducir bajo los efectos de sustancias ilegales y de las condenas aplicadas si te cogen.
  5. Panfleto llamado Drinking And Driving: the facts (Beber y Conducción: los hechos). Éste explica cosas como los riesgos de conducir bajo los efectos de sustancias legales y de las condenas aplicadas si te cogen. Aquí la tasa de alcoholemia máxima permitida es 0.02 y si te cogen con eso ya es una multa que te crujen. A partir de ahí las penas van de crucifixión en adelante. Se considera falta, pero las multas son de 1100 A$ para arriba (y eso en el caso del 0.02).
  6. Panfleto llamado Roadside Drug Testing (Pruebas de drogodemia en carretera). Explica, entre otras cosas, cómo se llevan a cabo los controles de alcoholemia y drogodemia en Australia, así como que el hecho de negarse a soplar el tubito te puede costar la módica cantidad de 6000 A$...
  7. Panfleto llamado Illawarra Sexual Health Service (Servicios de Salud Sexual en Illawarra). Una guía de centros de educación sexual y de pruebas de VIH... Alentador... Desde luego, me dan ganas de castrarme...
  8. ¡Otro Panfleto! Wollongong Recreation. Es una guía de las actividades que se pueden realizar en Wollongong, tanto en interiores como en exteriores. Incluyen actividades desde Surf y Submarinismo hasta carreras de galgos.
  9. No adivináis qué hay aquí... Otro panfleto. University of Wollongong. Es un mapita para que no me pierda en el campus... Tenía que haber cogido tres más, estas cosas tienden a perderse.
  10. ¡Oh, un panfleto! ¿Para mí? Jijiji... Wollongong Accommodation. Hoteles, moteles, Resourts, apartamentos... Bueno, si alguien viene a verme ya sé dónde mirar...
  11. ¡BIIIIIEEEEEEEN! ¡MÁS PANFLETOS! JIJIJIJI... Wollongong eating out. Lo mismo que el de antes, pero éste es de restaurantes. No viene nada sobre cantidades de veneno...
  12. ¡Adivinad qué! Harassment at University and TAFE. Éste es sobre abusos conta homosexuales... No creo que vaya a necesitarlo...
  13. Una oveja. No, es otro panfleto. HIV Basics. Información sobre VIH y SIDA... Este país comienza a preocuparme seriamente... Entre otras cosas, recomienda tener la piel entera, ya que provee una eficaz barrera contra el VIH. Menos mal...
  14. The Law And Safety Advice For Bicycles, Rollerblades, Scooters and Skateboards. Esto es una hojita (si lo hubieran hecho como un panfleto me lo habría comido, creo) que explica las normas de seguridad básicas para montar en monopatín, bici, patines y scooters.
  15. Anda, otra hoja... How to make a Police Report. O sea, instrucciones para realizar una denuncia. Incluye el número de la oficina de Asuntos internos local, por si no te gusta cómo te han tratado los polis.
  16. Wollongong Visitor's Guide (Guía del Visitante de Wollongong). Es una recopilación de los panfletos 8, 10 y 11, pero en formato revista. Tamaño perfecto para leer en el retrete.
  17. Living at Kooloobong (Viviendo en Kooloobong). Una guía de mano para los residentes de Kooloobong. Consejos para que no nos matemos entre nosotros. Muy útil. Explica desde métodos para establecer turnos de limipieza hasta cómo usar las instalaciones de Barbacoa.
Además de todo eso, tengo un par de papeles que tengo que rellenar y entregar, pero son demasiado aburridos como para comentarlos.

Ah, también he estado dibujando un poco. Aunque no me ha vuelto la musa, parece que al menos me han vuelto las ganas, que desde que volví de Roma estaba como inapetente. He estado haciedno bocetillos y cosas. Esto es lo más decente que me ha salido:

Hoy ya estoy algo mejor, y espero que mañana pueda hacer vida normal. Me gustaría ir de shoppin' y hacer algunas compras, porque con la coña del sobrecargo, me dejé la mitad de la ropa que pensaba traerme.

Pues de momento nada más.

Saluditos desde Australia :)

lunes, 7 de julio de 2008

Día 4: 7 de Julio, ¡¡Visita a Wollongong!!

¡Hola de nuevo!

Sí, ya sé que me he saltado el día 3, pero no esperaréis que escriba TODOS los días (aparte que, salvo un partido de baloncesto España vs CommonWealth Union (España 77 - 55 CWU) que jugué con mis primos y unos amigos suyos y de una visita a los billares de Wooden, el día fue bastante tranquilito).

Bien, el caso es que hoy fuimos toda la familia (los 23) a Wollongong a pasar el día. Así, de paso, yo podría enterarme de dónde tenía que meterme a vivir, avisar de que estoy aquí para que la embajada no me deporte (tenía que avisar antes de 7 días de que he llegado, así que todavía me sobraba tiempo) y ver un poco la universidad.

Por cierto, que hoy ha sido el primer día que he conseguido vencer al maldito Jet-Lag (risa triunfal y desquiciada) y despertarme a mi hora habitual: las 8 de la mañana. ¡JA! A mí, con desfases horarios. En parte, algo tuvo que ver el hecho de que mi tío José Manuel quisiera que saliésemos de Canberra a las 9 de la mañana.

Cosa que, por supuesto, no conseguimos.

Pero la intención era buena.

Al final, entre lo que tardaron las constantes vitales del colectivo en volverse estables y el numerito de yo-quiero-ir-en-este-coche-pues-yo-también (el clásico trile del guisante y las cáscaras de nuez pero con niños y furgonetas), salimos, aproximadamente, a las 10:30. Anduve lento de reflejos con la cámara ya en Canberra, donde se me escapó una instantánea de una bandada de cacatúas salvajes que estaban posadas en la mediana de la autopista.

Sí, cacatúas. Es que aquí en lugar de palomas, hay cacatúas. Cosa que me alegra, porque odio las palomas. El otro bicho alado más común es la Australian Magpie, literalmente, Urraca Australiana, aunque según mi tío no tienen nada que ver con los córvidos. Resulta que los anglosajones llaman "magpie" (urraca), a cualquier plumífero blanco y negro.

Ah, la autopista. Ésa es otra.
Los australianos hacen autopistas de este palo. Aproximadamente hay unos 100 metros desde un lado de la carretera al otro (mediana incluída), aunque las vías interurbanas también suelen ser así. El caso es que, como tienen sitio de sobra, pueden permitirse hacer este tipo de cosas. Ésto es un puente que está justo por encima del lago donde hay un monumento acuático (el chorrito, según mi tío) al Capitán James Cook, y está cerca de la salida de Canberra.
Unos pocos kilómetros más adelante, ya en la autopista (la Federal Highway) vemos esto. Una montaña a la que llaman "Black Mountain" (en un alarde de originalidad). Lo que hay encima es la antena de comunicación de Telstra, que es algo así como la telefónica local, y que da cobertura a todos los terminales inalámbricos de Canberra al tiempo que arruina una magnífica vista.

Seguimos por la FH, más allá del lago George (arriba), una pura tundra que se extiende prácticamente hasta donde alcanza la vista y que se cree que tiene un millón de años, aproximadamente. Se ve que a los colonos les cayó simpático y lo llamaron George por no saber pronunciar su nombre en aborígen: Weerewaa.
Continuamos hasta Goulburn, donde tomamos una desviación hacia un pueblecito llamado Moss Vale, construido al más puro estilo de los colonos, es decir, una carretera que cruza el pueblo y todas las tiendecitas puestas a los lados, con las casas detrás de éstas. El típico pueblo de paso que se puede ver en las pelis del Oeste, pero con canguros.

Por cierto, durante todo este trayecto, vimos 5 canguros atropellados y tirados en la cuneta (no pude sacarles foto, lo siento en el alma. Se trataban de Canguros Grises, que son los más comunes y que tienen el extraño reflejo de saltar delante del coche cuando estos les asustan. También vimos las típicas señales que nos avisaban de su presencia (otra vez anduve lento de reflejos con el móvil (tengo que comprar una cámara)) y, ya llegando a Moss Vale, vimos otra que nos avisaba de los Woombats, que son como los Koalas, pero más grandes y de tierra, en vez de arborícolas.

El siguiente pueblo por el que tuvimos que pasar, aparte del Bosque Sutton, que está plagado de granjas ovinas (¿recordáis "Ovejas Asesinas"? Pues yo sí) que se pierden entre la aboleda (aunque el buzón está al lado de la carretera, con lo que mi tío José Manuel opina que deben coger un avión para ir a buscar el correo y yo postulo que desde que llega la carta hasta que la lee
el receptor pueden pasar meses), fue Robertson, algo más pequeño que Moss Vale, pero con la misma distribución.

Y aquí dudamos de mis dotes para la orientación:


Nos encontramos este "pequeño" puerto de unos 40 kilómetros de largo, que era prácticamente un corte vertical en la pared con todos los giros de entre 90 y 180º. Me acordé mucho de mi padre, que habría disfrutado como un gorrino en un charco con la moto por esta carretera, pero cuando vas en una furgoneta que es más alta que ancha y cargada de niños, no hace mucha gracia, que digamos. Llegamos a pensar que nos habíamos perdido porque el puerto no aparecía señalado ni en el mapa ni en el google maps (supuestamente, después de Robertson, teníamos que coger una salida por la Autopista 1 (Illawarra), pasando por Dapton, para llegar finalmente a Wollongong. Pero eso no sucedió hasta que nos hicimnos 40 kilómetros de puro bosque.

Y conseguimos llegar sin explicación científica aparente. Gracias a que teníamos ya un callejero de Wollongong, pudimos orientarnos a través de las callejuelas (toda una odisea, porque los letreros de las calles miden 20x60 cm, están puestos en postes y normalmente cubiertos por un arbusto astutamente plantado) y llegar hasta la universidad. Pero mereció la pena sólo por encontrarnos con esto:

Sí, eso es la universidad de Wollongong (el edificio de la Student Central, concretamente) visto desde Northfields Avenue, la calle por la que llegamos. Tuve que ir hasta la Student Central para orientarme y allí me encontré con Meagan, que resulta que era la chica que me atendía los mails mientras estaba haciendo todo el papeleo para ingresar en la residencia de Kooloobong (me resolvió personalmente un asunto de pago con la tarjeta de crédito), y me hizo mucha ilusión conocerla. Después de hablar un rato con Meagan y firmar el book-in, me dio la llave de mi unidad (una especie de chaletito) y unos cuantos papeles para rellenar y de información, así que nos encaminamos hasta allí para ver cómo era aquello.
Ésta es mi unidad y los que veis en la foto son mis tíos, Sisu y José Manuel, que me acompañaron durante toda la búsqueda de llaves/papeles. Los demás se habían ido a buscar la playa por ahí.
Una vez dentro (y después de asegurarme de que las cucarachas eran algo que pasaba en otras casas y no en donde iba a vivir yo) establecí contacto con dos de los seres que van a ser mis compañeros de unidad. Estos son Chris y Tara (si alguien se ha leído Memorias de Idhún, se admiten chistes). Por lo visto, también van a estar aquí una americana y un colombiano (así que se me fastidió lo de hablar inglés las 24 horas del día :( ).

El único propósito de estas dos fotos es daros envidia con las vistas que tengo desde mi habitación.

Hechas estas gestiones, nos dirigimos a la playa, donde nos esperaban los demás. Ahí pasamos el resto del día, hasta que a Marian (la novia de Pedro... voy a tener que empezar a subir fotos...) le dio un ataque de alergia, no sabemos muy bien por qué motivo, aunque creemos que fue por la hierba. He aquí unas fotitos:
Cuando la marea esta alta, todo eso está sumergido. Bajamos hasta ahí en un par de ocasiones a ver las vistas y recoger conchas.
Esto es lo que se veía cuando bajabas hasta ahí.
Unos pocos de mis primos haciendo el animal. Al lado del faro había una placa conmemorativa que decía que el TENIENTE James Cook había pasado por ahí en 1770.
Más vistas desde el sitio donde estábamos. Sí, hasta ahí también me subí :)
Las auténticas gaviotas de "miomiomio" de Buscando a Nemo nos acompañaron durante toda la tarde.
Éste también salía en la película.

Al final, nos volvimos a Canberra a las 6 y media y con la ayuda de un GPS que nos prestó Quique. Fue toda una ayuda porque gracias a él sólo nos equivocamos 5 veces en 3 cruces para al final llegar por la misma carretera por la que vinimos. Saqué una foto del aparato y el evento en cuestión, pero se ve demasiado mal.

Total: una odisea, pero muy divertida. Lo malo es que me resfrié en el viaje de vuelta con los cambios de temperatura (teníamos que poner la calefacción para que no se nos empañara el parabrisas (porque nos llovió todo encima) y luego abrir las ventanas porque los niños se mareaban). Además, todo el viaje estuvimos cantándole a Clarita el Cinco Lobitos Tiene La Loba unas 42 veces para que no llorara y jurar en hebreo otras tantas contra la vocecita de la señorita del GPS que no paraba de decírnos lo mal que lo estábamos haciendo. Llegamos a Canberra, me tomé un algo para el resfriado y caí inconsciente.

Saluditos desde Australia :)